La máquina corporativa perfecta

Quien solo ve cine, reconoce actores y ve historias. Es en el detrás de cámaras donde se encuentra el tesoro maravilloso que es un equipo de trabajo, que oscila entre 20 y 200 personas, cada una, pieza clave para lograr una gran obra, que nos regala a los espectadores dos horas de vida en un universo diferente al nuestro.

 

En cambio, quien hace cine, es parte de la máquina corporativa perfecta, digo perfecta, porque es una máquina en la que cada punto del proceso es vital para lograr el producto final. Todo comienza por la idea, la que tiene un emprendedor en su lugar de inspiración favorito, el guionista, este empieza su carrera como empresario buscando aliados estratégicos, un productor (el que se piensa la historia en términos logísticos) y un director (el que se piensa la historia en términos artísticos). ¡Boom! ¡Tenemos una empresa!

 

La meta está clara “NUESTRA PELÍCULA”, llega la pregunta ¿qué recursos son necesarios para lograrlo?; como se va a ver (fotografía), que se va a ver (arte), que necesitamos escuchar (diseño de sonido), quienes nos van a representar (casting), cual será la imagen a mostrar (edición). Se contratan las cabezas de cada uno de estos departamentos, con una única condición: llegarás a aportar tu conocimiento para lograr la meta, no podrás salirte de la ruta, de lo contrario no existirá “NUESTRA PELÍCULA”, sin ti no podremos lograrlo.

 

A su vez, cada uno de estos directores de departamento tienen como misión, traer a bordo el talento humano especializado al equipo (actores, vestuaristas, luminotécnicos, microfonistas, etc.) respondiendo la misma pregunta, enfocados en la misma meta y con la misma condición, es así, como todos somos inspirados, cautivados y guiados por el mismo camino hasta finalmente ser transportados a este universo que estamos creando para otros.

 

Decidimos respirar, soñar, idear, crear y materializar JUNTOS, es por esto que en los premios Oscar se para un grupo gigante de personas a gritar, abrazarse, llorar en éxtasis, así el llamado al escenario sea solo para uno, con las horas nos hemos fusionado en ese uno,

«… sin ti no podemos lograrlo” lo que significa que sin mi tampoco.

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